Los roedores, estos pequeños mamíferos, han causado estragos en nuestra sociedad tanto en los aspectos sanitarios como económicos, casi desde nuestros inicios.
El testimonio escrito de mayor antigüedad llegado hasta nuestros días (año 1750 antes de Cristo) pertenece a la civilización babilónica.
Héctor Coto, pág. 21 (2017)
Con el pasar de los años se han ido incursionando con diferentes métodos de control como los físicos: trampas, pegamentos, ultrasonidos, etc; biológicos: microorganismos patógenos, parásitos y predadores; culturales e incluso químicos : fumigantes, quimioesterilizantes, repelentes, raticidas agudos, etc.
Muchos de estos métodos quedaron en desuso debido a su toxicidad, o no son los primordiales por falta de efectividad. En la actualidad, y desde 1948, año en que se patentan los anticoagulante, son los pilares para el control de roedores. Sin embargo, son altamente tóxicos y peligrosos, además de persistentes y bioacumulables.
Actualmente se estudia el colecalciferol como suplemento a los anticoagulantes. El colecalciferol es simplemente vitamina D3, sustancia que los reodores no puedes sintetizar, causando su muerte.
Aunque posee propiedades de alteración endocrina, que pueden causar efectos adversos en personas, se considera que tiene muy bajos perfiles toxicológicos y ecotoxicológicos.
Con su uso se busca una mayor eficacia, ya que es la alternativa ante aquellas poblaciones de roedores que han creado resistencia a los anticoagulantes, y que van en aumento.
Stefania Silva
Bioserv S.A.